Con sensualidad ella
despierta el morbo, sin el menor pudor. Le gusta. Eso la hizo
millonaria en cuatro años de shows. Dioshaily Rosfer Canales Gil, mejor
conocida como Diosa Canales, inició su vida sexual a los 15 años y
aprendió a sacarle jugo a su cuerpo, para convertirse en la Bomba Sexy
del país.
Desde que saltó a la palestra nacional en el 2008 con su ropa ligera,
contorneados movimientos, desnudos y poca discreción para expresarse,
acaparó los centimetrajes de prensa. Era un fenómeno que se atrevía a
hablar con desparpajo de lo que a otros les incomoda: sexo.
La mujer que de niña, cuando estaba en la escuela, le cayó a pedradas a
un joven que le quiso robar un beso, hoy día protagoniza shows en los
que tocarle una nalga, sus voluptuosos senos o quitarle el bikini con
los dientes no es tan difícil.
“Soy el viagra de los hombres”, confiesa sin ruborizarse. "Soy toda una
Diosa". Así se vende y lo logra, porque a sus manejadores les revientan
los teléfonos pidiendo citas con la diva.
No falta hasta el imberbe que se ha atrevido a decir: “Tengo un Aveo y
cinco palos (cinco mil BsF) para estar con ella”. Pero también llaman
empresarios, multimillonarios, que preguntan: “¿Cuánto vale Diosa?
Tengo disponible 200 mil”.
“Pero Diosa no está en venta. Ella nunca se ha acostado con alguien a cambio de dinero. A